domingo, 21 de octubre de 2012

Una y mil veces mas

Siempre me han gustado los campamentos, y fue gracias a uno que conocí a una chica de la que me enamoré. Ella vive en Santiago de Querétaro, aproximadamente a unos 200 km del DF. Cuando supe de su cumpleaños quise irla a visitar y allí declararle mi amor. El plan era ir con dos amigos para que el costo del viaje disminuyera. Dos días antes del día de partida, uno de mis amigos me canceló. Al día siguiente, Janyk me dijo: perdón, pero no puedo ir. Mi mamá no me dio permiso.

El día llegó y desde las 8 a.m. estaba en pie, con la firme decisión de ir a Santiago de Querétaro, solo o acompañado. Mientras más temprano me fuera, más tiempo estaría con Tania. Con 450 pesos en la bolsa fui a llenar el tanque del auto. Me quedaban 250.

Tomé la carretera. Al pasar cada caseta solo miraba como mi efectivo se esfumaba y, poco después, mi gasolina también, nunca había manejado en carretera. Comenzaron a atacarme los nervios y al llegar a la siguiente caseta, después de casi 2 horas de viaje, sentí un gran alivio… Era la última.

Llegué con el cobrador, pero no tenía un peso. Me orillé, busqué hasta debajo de las llantas y nada. Pensé: me voy por la libre y ya está. La aguja de la gasolina estaba en reserva, no tenía dinero ni combustible, y estaba en medio de la carretera. El poco crédito que tenía en mi teléfono celular me salvó de la situación. Llamé a Tania: Hola, pásame a tu mamá (a quien no conocía). Disculpe señora, lo que pasa es que no tengo dinero para pagar la caseta, ¿no sería mucha molestia que viniera por mí? (Fue una situación extrema).

A los 30 minutos llegaron y me pagaron la caseta (me moría de la pena). Gracias a Dios la reserva fue suficiente.

Al llegar a Santiago de Querétaro, le declare mi amor a Tania y comprobé con tristeza que ella no creía en el amor a distancia. Lo entendí y desilusionado tendría que volver a casa.

La mama de Tania me prestó dinero para regresar, y nunca aceptó que se lo devolviera, por lo que cuando voy a Santiago de Querétaro, le compro flores. En este viaje aprendí lo que el amor puede provocar.

 

1 comentario: